Editorial | EcodigitalRD
La reciente alza salarial dispuesta por el gobierno dominicano, aunque bien intencionada, ha tenido un impacto limitado y fugaz en el poder adquisitivo real de la mayoría de los ciudadanos.
En cuestión de días, los precios de los alimentos, las medicinas y los servicios se ajustaron hacia arriba, neutralizando casi por completo el efecto positivo del incremento.
El verdadero problema no está en cuánto gana la gente, sino en cuánto pueden hacer con lo que ganan.
En un contexto de inflación persistente, con una economía informal que abarca a chiriperos, trabajadores ocasionales y desempleados, hablar de mejora sin mecanismos de control de precios resulta ilusorio.
En lugar de un aumento salarial aislado, se requiere una estrategia integral que impida el descontrol en la formación de precios.
Es urgente cortar el agiotismo, frenar la especulación comercial y vigilar de cerca los márgenes abusivos de intermediarios en sectores clave como alimentos y medicinas.
El aumento salarial beneficia a quienes tienen empleos formales y estables, pero deja fuera a una amplia franja de la población que vive del día a día, sin ingresos fijos ni respaldo institucional.
